LA LITERATURA ANTIGUA Y CLÁSICA
POR LOS ALUMNOS DE 1°O:
JIMENA RUIZ VARGAS
JESSICA ELIZABETH ESTRADA LUNA
OSCAR DANIEL FERNANDEZ GONZALEZ
BIANCA SOFIA JIMENEZ ROMERO
MICHAEL MOSQUEDA JACOBO
CLAUDIA JAQUELIN OCHOA
GONZALEZ
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LA
LITERATURA ANTIGUA Y CLÁSICA
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POR LOS ALUMNOS DE 1°O:
JIMENA RUIZ VARGAS
JESSICA ELIZABETH ESTRADA LUNA
OSCAR DANIEL FERNANDEZ GONZALEZ
BIANCA SOFIA JIMENEZ ROMERO
MICHAEL MOSQUEDA JACOBO
CLAUDIA JAQUELIN OCHOA GONZALEZ
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La literatura,
en su sentido más amplio, es cualquier trabajo escrito; aunque algunas
definiciones incluyen textos hablados o cantados. En un sentido más
restringido y tradicional, es la escritura que posee mérito literario y que
privilegia la literariedad,
en oposición al lenguaje ordinario. El término literatura designa también al
conjunto de producciones literarias de una nación, de una época o incluso de
un género (la literatura
griega,
la literatura
del siglo XVIII,
la literatura
fantástica,
etc.) y al conjunto de obras que versan sobre un arte o una ciencia (literatura
médica,
jurídica, etc.). Es estudiada por la teoría
literaria.
SABIAS QUE?
Literatura
y escritura, aunque obviamente relacionadas, no son sinónimos. Los primeros
escritos de los antiguos sumerios no son literatura, ni las primeras
inscripciones en jeroglíficos
egipcios. Los
textos literarios más antiguos que nos han llegado datan de siglos después de
la invención de la escritura.
ANTIGUA
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Ciertos textos primarios, sin
embargo, pueden ser considerados como los primeros pasos de la literatura.
Ejemplos muy antiguos son el[Poema de Gilgamesh] (del siglo XVII a. C., aunque la versión sumeria posiblemente date del siglo XXVII a. C.),1 y el Libro de los muertos, escrito en el Papiro de Ani (que se data hacia el siglo XIII a. C.).
La literatura
del Antiguo Egipto alcanzó su cenit con la Historia de Sinuhé, un servidor de Sesostris I, cuyo relato data de mediados
del siglo XX a. C. La literatura egipcia no
solía incluirse en las primeras historias de la literatura, porque los escritos
no se tradujeron a las lenguas europeas hasta el siglo XIX, cuando se descifró la Piedra Rosseta.
Muchos textos se transmitieron
por tradición oral durante siglos, antes de
que fuesen fijados mediante la escritura, por lo que son difíciles de datar. El
núcleo del Rig-vedaparece datar de mediados del II milenio a. C. en la región del actual Pakistán.2 Los escritos de la India posteriores al Rig-veda (como
los textos Bráhmana y los Upanisad), así como el Tanakh hebreo y la colección de
poemas místicos atribuidos a Lao Tze, Tao te Ching, que probablemente daten de la Edad de hierro, aunque determinarlo es
controvertido.
El Pentateuco (de la Biblia) tradicionalmente se fecha
alrededor del siglo XV a. C., aunque estudios recientes
consideran que podría datarse hacia del siglo X a. C. Otras tradiciones orales
fueron fijadas en forma escrita muy tardíamente, como la Edda Poética, escrita en el siglo XIII.
la Ilíada y la Odisea de Homero provienen del siglo VIII a. C. y marcan el inicio de la
Antigüedad clásica. Estas obras también tenían una tradición oral previa que
parece provenir de fines de la Edad de Bronce.
Homero
(Siglo VIII a.C.) Poeta griego al
que se atribuye la autoría de la Ilíada y
la Odisea, los dos grandes poemas épicos de la antigua
Grecia. En palabras de Hegel, Homero es «el elemento en el que vive el mundo
griego como el hombre vive en el aire». Admirado, imitado y citado por todos
los poetas, filósofos y artistas griegos que le siguieron, es el poeta por
antonomasia de la literatura clásica, a pesar de lo cual la biografía de Homero
aparece rodeada del más profundo misterio, hasta el punto de que su propia
existencia histórica ha sido puesta en tela de juicio.
Las más antiguas noticias sobre
Homero sitúan su nacimiento en Quíos, aunque ya desde la Antigüedad fueron
siete las ciudades que se disputaron ser su patria: Colofón, Cumas, Pilos,
Ítaca, Argos, Atenas, Esmirna y la ya mencionada Quíos. Para Simónides de
Amorgos y Píndaro, sólo las dos últimas podían reclamar el honor de ser su
cuna.
Aunque son varias las vidas de
Homero que han llegado hasta nosotros, su contenido, incluida la famosa ceguera
del poeta, es legendario y novelesco. La más antigua, atribuida sin fundamento
a Herodoto, data del siglo V a.C. En ella, Homero es presentado como el hijo de
una huérfana seducida, de nombre Creteidas, que le dio a luz en Esmirna.
Conocido como Melesígenes, pronto destacó por sus cualidades artísticas,
iniciando una vida bohemia. Una enfermedad lo dejó ciego, y desde entonces pasó
a llamarse Homero. La muerte, siempre según el seudoHerodoto, sorprendió a
Homero en Íos, en el curso de un viaje a Atenas.
Los problemas que plantea Homero
cristalizaron a partir del siglo XVII en la llamada «cuestión homérica»,
iniciada por François Hédelin, abate de Aubignac, quien sostenía que los dos
grandes poemas a él atribuidos, la Ilíada y la Odisea, eran fruto del
ensamblaje de obras de distinta procedencia, lo que explicaría las numerosas
incongruencias que contienen. Sus tesis fueron seguidas por filólogos como
Friedrich August Wolf. El debate entre los partidarios de la corriente
analítica y los unitaristas, que defienden la paternidad homérica de los
poemas, sigue en la actualidad abierto.
La obra de Homero
La iconografía grecorromana ha
consagrado el noble rostro barbado de un anciano ciego como el de Homero. Esta
es la imagen que ha atribuido la tradición al poeta que escribió la Ilíada y la
Odisea, los dos poemas épicos con que se inaugura la literatura griega y la
occidental y cuyo vigor lírico y narrativo permanece fresco desde hace miles de
años. Su nombre y sus obras han alcanzado la gloria y alimentado mitos,
narraciones y leyendas a través de los siglos, sin que hayan perdido su fuerza
original.
La mayor parte de la literatura
griega se nutrió del inmenso caudal de leyendas y tradiciones que desde tiempos
remotos se transmitía oralmente de generación en generación. También la poesía
épica se transmitía oralmente en sus orígenes: un aedo o un rapsoda la cantaba
o recitaba de memoria ante un público que desconocía la escritura. Los aedos
eran músicos ambulantes que cantaban poemas épicos acompañándose con
instrumentos de cuerda; los rapsodas recitaban sin cantar, llevando el ritmo
con los golpes de un bastón.
La perfección y la calidad de la
Ilíada y la Odisea, considerados obras maestras de la literatura occidental,
sólo se explica por la existencia de toda una tradición previa sobre la Guerra
de Troya que aedos y rapsodas fueron elaborando y refinando durante siglos y
que culmina en los grandiosos poemas homéricos. A pesar de que Homero se sirve
de los procedimientos de la tradición oral, es indudable que en ambos poemas
hay un propósito poético, un plan y una estructura que revela la actividad de
un poeta consciente de su arte.
La naturaleza oral del estilo de la Ilíada y
la Odisea es indudable. Esta certidumbre se debe a la repetición cada cierto
tiempo de unas determinadas fórmulas ("la Aurora de dedos rosados",
"Aquiles, el de los pies ligeros"), siempre en las mismas condiciones
métricas. Después de un largo período de transmisión oral, el texto se habría
fijado en su forma definitiva en Atenas durante el siglo VI a.C., por
iniciativa del tirano Pisístrato.
En sus poemas, Homero no trazó una historia
completa de la Guerra de Troya (que conocemos por otros fuentes), sino que
escogió dos episodios de la leyenda troyana para recrearlos. Así, en la Ilíada
se narra el último año de la Guerra de Troya, aunque el episodio central sea la
disputa entre dos héroes griegos: Aquiles y Agamenón. La Odisea, que parece ser
la más moderna de las dos composiciones atribuidas a Homero, relata las
aventuras y penalidades de Ulises (héroe que desempeña un papel secundario en
la Ilíada) en el viaje de regreso desde Troya hasta su patria, Ítaca, y el
castigo que inflige a los pretendientes de su esposa, Penélope, que le creían
muerto.
Homero fue el poeta más admirado de la
Antigüedad. Sus obras transmitían conocimientos y enseñanzas relativas a
variados aspectos (estratégicos y militares; los astros y el firmamento;
cuestiones morales y comportamientos de los seres humanos; las relaciones de
los dioses con los hombres) y dieron la forma considerada canónica de la
genealogía de los héroes y dioses griegos. Por todo ello sirvió de referencia
cultural y religiosa para las generaciones posteriores.
La Ilíada
La Ilíada relata el décimo año de la Guerra
de Troya (o de Ilión, nombre griego de la ciudad, de donde procede el título de
Ilíada). Su núcleo argumental es la célebre Cólera de Aquiles. El héroe griego
Aquiles ha sido despojado de su esclava Briseida por Agamenón, jefe del
ejército aliado griego que tiene sitiada la ciudad de Troya para rescatar a
Helena. A causa de esta decisión injusta, Aquiles se enemista con Agamenón y
resuelve no participar más en los combates.
Gracias a su ausencia y a otros sucesos, los
troyanos, liderados por Héctor, consiguen importantes victorias, y aunque el
mismo Agamenón se humilla y le pide que regrese a la lucha, Aquiles se niega.
Será precisa la muerte de Patroclo, su mejor amigo, a manos del héroe troyano
Héctor (hijo de Príamo, rey de Troya), para que Aquiles deponga su actitud.
Aquiles jura vengar a Patroclo, se lanza ferozmente a la lucha y vence a
Héctor. Su furia parece irrefrenable: ata a su carro por los pies el cadáver de
Héctor y lo arrastra con la cabeza por el polvo alrededor de la tumba de
Patroclo.
La naturaleza oral del estilo de la Ilíada y
la Odisea es indudable. Esta certidumbre se debe a la repetición cada cierto
tiempo de unas determinadas fórmulas ("la Aurora de dedos rosados",
"Aquiles, el de los pies ligeros"), siempre en las mismas condiciones
métricas. Después de un largo período de transmisión oral, el texto se habría
fijado en su forma definitiva en Atenas durante el siglo VI a.C., por iniciativa
del tirano Pisístrato.
En sus poemas, Homero no trazó una historia
completa de la Guerra de Troya (que conocemos por otros fuentes), sino que
escogió dos episodios de la leyenda troyana para recrearlos. Así, en la Ilíada
se narra el último año de la Guerra de Troya, aunque el episodio central sea la
disputa entre dos héroes griegos: Aquiles y Agamenón. La Odisea, que parece ser
la más moderna de las dos composiciones atribuidas a Homero, relata las
aventuras y penalidades de Ulises (héroe que desempeña un papel secundario en
la Ilíada) en el viaje de regreso desde Troya hasta su patria, Ítaca, y el
castigo que inflige a los pretendientes de su esposa, Penélope, que le creían
muerto.
Homero fue el poeta más admirado de la
Antigüedad. Sus obras transmitían conocimientos y enseñanzas relativas a
variados aspectos (estratégicos y militares; los astros y el firmamento;
cuestiones morales y comportamientos de los seres humanos; las relaciones de
los dioses con los hombres) y dieron la forma considerada canónica de la genealogía
de los héroes y dioses griegos. Por todo ello sirvió de referencia cultural y
religiosa para las generaciones posteriores.
La Ilíada
La Ilíada relata el décimo año de la Guerra
de Troya (o de Ilión, nombre griego de la ciudad, de donde procede el título de
Ilíada). Su núcleo argumental es la célebre Cólera de Aquiles. El héroe griego
Aquiles ha sido despojado de su esclava Briseida por Agamenón, jefe del
ejército aliado griego que tiene sitiada la ciudad de Troya para rescatar a
Helena. A causa de esta decisión injusta, Aquiles se enemista con Agamenón y
resuelve no participar más en los combates.
Gracias a su ausencia y a otros sucesos, los
troyanos, liderados por Héctor, consiguen importantes victorias, y aunque el
mismo Agamenón se humilla y le pide que regrese a la lucha, Aquiles se niega.
Será precisa la muerte de Patroclo, su mejor amigo, a manos del héroe troyano
Héctor (hijo de Príamo, rey de Troya), para que Aquiles deponga su actitud.
Aquiles jura vengar a Patroclo, se lanza ferozmente a la lucha y vence a
Héctor. Su furia parece irrefrenable: ata a su carro por los pies el cadáver de
Héctor y lo arrastra con la cabeza por el polvo alrededor de la tumba de
Patroclo.
La Odisea
Frente a la Ilíada, calificada siempre de
epopeya guerrera, se considera a la Odisea (de Odiseo, nombre griego de Ulises)
como una narración de aventuras marinas. Un poco más breve (12.110 versos en 24
cantos), relata el difícil regreso de Ulises desde Troya hasta su patria,
Ítaca.
La Ilíada es una narración lineal; la Odisea,
en cambio, presenta una compleja y original organización temporal, que sería
muy imitada. Pueden apreciarse claramente tres partes. Los cantos I-IV son
conocidos como La Telemaquia y relatan las investigaciones que efectúa Télemaco
sobre el paradero de su padre, Ulises. Asimismo se presenta la situación de
Penélope, la fiel esposa de Ulises, asediada por los pretendientes que
pretenden casarse con ella para apoderarse del reino.
Desde el canto V al XII (segunda parte) se
cuentan las últimas aventuras de Ulises. Se hallaba retenido en la Isla de
Ogigia por la ninfa Calipso, la cual, por orden del dios Hermes, le permite
marchar. Ulises construye una barca y llega al País de los Feacios, donde es
recogido por Nausica, hija del rey, que lo conduce al Palacio. El rey Alcínoo
lo acoge hospitalariamente y le proporciona un barco con el que Ulises logrará
llegar a Ítaca.
La cuestión homérica
La concepción de la Odisea por Aristóteles
como un trabajo de la vejez de Homero no es para nada imposible según la
crítica actual; y si la Ilíada es el más temprano de ambos poemas (como parece
proable por su estructura más simple y por la mayor frecuencia en la Odisea de
formas lingüísticas relativamente tardías), la Odisea podría haberse creado
siguiendo el mismo modelo de composición monumental que estableció la Ilíada.
Como ambas epopeyas difieren no sólo en su construcción sino en varios otros
detalles, no resulta inverosímil considerarlas obra una de la madurez y la otra
de la vejez del poeta, como señalaron algunos eruditos en la Antigüedad.
Pero también es aceptable, sostienen otros,
la propuesta de ciertos gramáticos alejandrinos, los llamados corizontes
(separatistas) que atribuyen la Odisea a otro poeta, el cual, siguiendo el
modelo homérico de la Ilíada, habría compuesto esta obra alrededor del año 700
a.C. La llamada "cuestión homérica" adquirió gran importancia con la
escuela alemana, en los trabajos analíticos de FiedrichAugust Wolf (1795), de
Karl Lachmann (1837), de GotfriedHermann y de numerosos continuadores que
negaban, por diferentes razones, la existencia histórica de la figura de
Homero, o bien le reconocían, a lo sumo, una modesta intervención como
compilador. Bajo la óptica histórico-filológica todo aparecía anónimo y Homero
sólo era un nombre. La crítica moderna rectificó esta perspectiva volviendo a
considerar la muy probable existencia de un único y extraordinario poeta, sin
que por ello pueda hablarse de unanimidad en las innumerables cuestiones que
suscita el problema de la autoría
CLASICA
La literatura
clásica hoy en día se
considera aquella escrita en griego
antiguo o en latín y que forma parte del canon occidental. No debe confundirse con
los clásicos nacionales, aquellas obras consideradas modélicas para cada país,
ni con aquellos libros que sobreviven al paso del tiempo o que se escribieron
en el periodo del Neoclasicismo. El concepto engloba, por
tanto la literatura griega y la literatura latina, excluyendo las obras de
la Grecia moderna.
Esta literatura tiene muchos
rasgos en común, ya que la Antigua Roma imitaba y aprendía de los
modelos griegos y compartían una misma cosmovisión, la del helenismo.
La mayoría de las obras glosan
las aventuras de grandes héroes, siguiendo el modelo de Homero. En cuanto al teatro, predomina
la tragedia, con grandes ciclos de sagas y
temas comunes, aunque existe también una tradición cómica nada despreciable,
como por ejemplo las comedias de Plauto. En Roma aparecieron géneros
poco cultivados en Grecia, como la retórica o la literatura didáctica.
Por convención, se considera que
la literatura antigua occidental comienza con las grandes obras de Homero, probablemente la versión
escrita de numerosas leyendas que se habían transmitido oralmente durante
generaciones. Este autor, padre de la literatura griega, se considera el primer escritor
del canon occidental, imitado por los romanos y por los admiradores de la Época Clásica. Con la literatura antigua nace
el concepto de género literario y los primeros autores
reconocidos.
Contemporáneas son la literatura india, con textos épicos como el Ramayana, y la literatura clásica china, con las compilaciones poéticas
de Lao Zi o los llamados «clásicos
chinos».
La Poesía lírica :Nace entre
los siglos VII y VIII a. C.. Los eruditos alejandrinos hablan del canon de los
Nueve poetas líricos como de algo ya establecido: Alcmán de Esparta, Safo,
Alceo de Mitilene, Anacreonte, Estesícoro, Íbico, Simónides de Ceos, Píndaro y
Baquílides.
Calino, el más antiguo de
los elecíacos griegos.
Alcmán (en torno al 630 a.
C.), autor de los partenios.
Arquíloco (712 – circa 664
a. C.), que perfeccionó el verso del yambo, que se usaba para la crítica
satírica.
Safo (c. 650 – 580 a. C.),
con su Oda a Afrodita y Al amado.
Tirteo (siglo VII a. C.),
autor de Elegías dedicadas a los combatientes en la segunda guerra de Mesenia.
Mimnermo de Colofón, del
siglo VII a. C.
Tragedia y Comedia antigua:
Odeón de Mesene.En el siglo
V, era clásica, surge el drama a partir de los misterios dionisíacos. De los
centenares de tragedias escritas e interpretadas durante la época clásica, sólo
ha sobrevivido un número limitado de obras:
Esquilo (525-456 a. C.),
considerado creador de la tragedia. Obras: Los persas, Los siete contra Tebas,
Las suplicantes, trilogía La Orestíada (Agamenón, Las Coéforas, Las Euménides).
Sófocles (495-406 a. C.),
limitó el coro, aumentó a tres los actores, con lo que dio mayores
posibilidades al diálogo. Se conservan siete tragedias completas: Antígona,
Edipo Rey, Áyax, Las Traquinias, Filoctetes, Edipo en Colono y Electra.
Eurípides (485-406 a. C.).
Gran penetración psicológica de los personajes. Obras: Alcestis, Medea,
Heraclidas, Hipólito, Andrómaca, Hécuba, Suplicantes, Electra, Heracles,
Troyanas, Ifigenia en Táuride, Ion, Helena, Fenicias, Orestes, Las Bacantes e
Ifigenia en Áulide.
Igualmente, la comedia
antigua surgió del culto a Dioniso, pero en este caso las obras estaban llenas
de una franca obscenidad, abusos e injurias. Autor destacado fue:
Aristófanes (444-385 a. C.).
Aristócrata, ataca la charlatanería, tanto filosófica como política. Los
caballeros, Las nubes (contra los filósofos), Las avispas, Las aves, Lisístrata
(contra la guerra), Las ranas, La asamblea de las mujeres.
En la Historia o
Historiografía griega:
Dos de los más influyentes
historiadores que florecieron durante la era clásica griega:
Heródoto (484-425 a. C.).
Cicerón lo llamó el padre de la historia.Escribio Los nueve libros de historia.
Tucídides (c.460 a. C. – c.
396 a. C.). Estratega durante la guerra del Peloponeso. Historia de la Guerra
del Peloponeso.
Un tercer historiador,
Jenofonte (431 a. C. – 354 a. C.), comenzó sus Helénicas donde Tucídides la
había dejado alrededor del 411 a. C. y prosiguió la historia hasta el 362 a. C.
Apología de Sócrates, Ciropedia o Educación de Ciro. Su obra
más conocida es la Anábasis:
Jenofonte acompañó con un ejército mercenario al príncipe persa Ciro el Joven
contra Artajerjes. Tras la derrota de Cunaxa, dirigió la retirada de los
10.000.
En Prosa, los mayores logros
en la prosa del siglo IV a. C. se producen en la filosofía. Entre todos los filósofos, sobresalen
tres nombres:
Sócrates (470-399 a.
C.),Platón (427-347 a. C.), y
Aristóteles (384-322 a. C.).
